CANGAS DE ONÍS
Cangas de Onís (Cangues d’Onís en asturiano) es un concejo de la comunidad autónoma del Principado de Asturias, España; una parroquia de dicho concejo; una ciudad perteneciente a dicha parroquia, capital del concejo; y uno de los 18 partidos judiciales de Asturias.
El concejo de Cangas de Onís limita al norte con Parres y Ribadesella, al este con Onís y Llanes, al oeste con Amieva y Parres y al sur con la provincia de León. El lema que recoge su escudo es «Minima Urbium Máxima Sedium». Cuenta con una población de 6368 habitantes (INE, 2016).
La ciudad de Cangas de Onís fue capital del Reino de Asturias hasta el año 774. En esta población se estableció el rey Don Pelayo, y desde aquí emprendió con sus gentes acciones sobre los territorios del norte de España, como único foco de resistencia al poder musulmán, una vez desaparecido el Reino visigodo. En este término municipal tuvo lugar en el año 722 la Batalla de Covadonga, donde Don Pelayo venció a las fuerzas musulmanas y consolidó un poder y prestigio que le permitió permanecer independiente y fundar el primer reino cristiano posterior a la derrota de los visigodos en la Batalla de Guadalete.
Más de 2.000 hectáreas del concejo forman parte del Parque nacional de los Picos de Europa. Dentro del parque se encuentra el conjunto monumental de Covadonga, donde se inició la Reconquista en el año 722. A 12 kilómetros de Covadonga, se encuentran los llamados lagos de Covadonga (son tres: el Enol, el Ercina y el Bricial, aunque éste sólo tiene agua durante el deshielo), de gran relevancia en el ámbito ciclista. En la capital de Cangas de Onís, se halla el conocido como «Puente Romano», aunque su construcción data en realidad de la Edad Media.
La población de Cangas de Onís está asentada en el entronque de los ríos Sella y Güeña, siendo este último tributario del anterior. En el valle situado entre ambos ríos se encuentra la capilla de la Santa Cruz, que fue un templo de época romana, reconstruido durante el reinado de Favila de Asturias.
Prehistoria y romanización
Desde el Paleolítico Superior hay restos de vida humana. Así, están las cuevas de Buxu y las de los Azules. En la primera hay restos líticos y óseos, y pinturas rupestres de diversos tipos de animales mezclados con motivos geométricos. En la cueva de los Azules se ha encontrado un cadáver y un rico utillaje.
Del Neolítico, tenemos también restos en las cuevas de Salmula, Trespando y el Cuelebre. Del mismo modo también encontramos dólmenes como el de Santa Cruz, que es el mejor conservado. Consta de cinco grandes piedras que forman la cámara dolménica. Un elemento muy importante de este dolmen es la decoración pictórica y de grabados que tiene su parte interior.
La época de la romanización debió de ser bastante intensa ya que el Sella era el límite entre los pueblos cántabro y astur.[cita requerida] Estos pueblos unidos lucharon contra la invasión romana. Para asegurarse su romanización tuvieron que construir una calzada que unía esta zona con Cantabria.
Edad Media y Moderna
La leyenda cuenta que tras la victoria de Covadonga en el 722 Pelayo elige como capital del reino Cangas de Onís, para aprovechar el existente poblado romano. Entre sus sucesores está Alfonso I de Asturias, que aumentó las fronteras del reino y repobló con gentes cristianas de la meseta zonas de Asturias.
En el siglo XII, ya se empiezan a tener pruebas de una demarcación canguesa, pero siendo sus límites diferentes a los conocidos, incluso en el siglo XIII, sigue este territorio sin tener un apelativo.
Es en el siglo XIV, en un inventario de derechos del episcopado de Oviedo en el que aparece la zona con la denominación de Cangas de Onís. Otro ejemplo está en el testamento de Enrique II de Castilla que amplia los señoríos de su hijo bastardo, incluyendo el concejo de Cangas de Onís que volvería en años más tarde a la corona de nuevo.
En el siglo XVI, ya aparece Cangas de Onís, como entidad concejil y figura en la Junta General del Principado de Asturias celebrada en 1504 en el convento ovetense de San Francisco. Estos cargos recaen en estas fechas en miembros de familias ilustres de la comarca. En lo referente a Covadonga fue Felipe III, quien comienza a transformar el Real Sitio, gracias a los esfuerzos de los diferentes abades, realizando obras de importancia en la cueva, pero a consecuencia de un incendio se perdieron todas las imágenes, joyas, etc. Este incendio traerá algo muy favorable y es que Carlos III se preocupa por el Real Sitio y realizará una serie de obras y proyectos, como fueron la construcción de un nuevo templo y mejoras en las comunicaciones trayendo todo esto un comercio mucho más vivo lo que dará un empuje a la vida del concejo.